21 enero, 2007

08 LAS CORONAS MATRIMONIALES DE LA PRINCESA THERESE













EL MAGNÍFICO REY LEAR


OFRECIÓ A LA DONCELLA


A ESCOGER


UNA CORONA MATRIMONIAL


DE LA COLECCIÓN FAMILIAR


14 DIÁLOGOS:

Thérèse Bovary dijo...

(la doncella Therese se asoma con cautela)

Oh, qué hermosa corona me ofrece el Rey... estoy tan emocionada...

Gracias, muchas gracias
(y se aleja cantando...)

Lila Magritte dijo...

(Pasea intentando capturar en sus ojos algo del brillo divino engarzado en la corona)

Es una joya de un valor incalculable.
¡¡Cuánta historia!!
cuántas cabezas habrán ido
bajo ese fulgor
temblando hasta la guillotina.
Pero no es ese el tenor
de la fiesta que en este caso
nos concita
la corona del amor
es la que aquí, en este palacio brilla...

(Se frota los ojos)

Anónimo dijo...

Es raro, pero yo sólo veo una corona, la que está más arriba. ¿Cómo serán las otras dos?

¿Existen realmente?

Anónimo dijo...

Qué bien encontrarlas a las dos juntamente viendo joyas tan perfectas. Yo, lamentablemente, vengo como me véis de bajos humores manchado y fétido a carroña, pero con buenas nuevas: el Nosferado ha sido destruido a través de mí, por Dios. Así que ya nadie está bajo su hechizo. Alegraos Trina, y miraos al espejo el ahora nuevamente lozano cuello. El bufón está en la mazmorra e ignoro su estado de ánimo y de seso, pero ya no está bajo la condición de vampiro, ha sido borrada del reino Lear. Ahora proseguir con vuestros mundanos asuntos.

(Hace una reverencia y se va)

Anónimo dijo...

Ah, Triministra, en vuestra calidad de Trina dadle la bueno nueva a El Cardenala en su ausencia para que se haga cargo de esto:

(Le alcanza a la Trina un cofre con las cenizas del Nosferato)

Entregádselas directamente y no oséis abrir el cofre donde yacen las cenizas del maldito, ya que ni yo podré hacer nada y sería la perdición del reino. Ni por vuestra condición de mujer ni de Trina. El Cardenala sabrá que hacer con ellas.

Lila Magritte dijo...

(Alejando de su cuerpo con temor el cofre con las cenizas)

Su Eminencia Cardenala, me inclino ante vos y cumplo con el mandato de Su Majestad. A vos entrego esta caja, que jamás abriría, por conocer ya su nefasto contenido. En vuestras manos las dejo y me retiro. El volar me llama.

(Da un saltito suave a modo de impulso y se eleva hasta desaparecer cuando descubre que lleva un duende aferrado al velo de su toca, entonces baja y lo deposita sobre una columna)

Este duendecillo travieso me recuerda a alguien...

(Emprende el vuelo hacia la mazmorra)

Anónimo dijo...

Cardenala, su Eminencia, vengo hasta vos para pediros que pongáis fecha y hora para la celebración de la boda, la que debería llevarse a cabo entre el viernes y el domingo.

Es necesario saberlo para anunciarlo a todo el Reyno, y pase lo que pase, repito: PASE LO QUE PASE, la boda se habrá de realizar en la fecha que vos dispongáis.

Os aclaro que ayer le pedí al Rey que hablara con vos en vuestra Nunciatura y no lo hizo. Como en estos momentos duerme, para variar, no puede darme explicación ni a mí ni a vos.

A sus pies Santo Cardenala.
Teherese

Lila Magritte dijo...

(Se acerca al oído del Cardenala y susurra suavemente)

Aprovecho de deciros que ni el Rey ni la doncella ni yo, vemos las tres coronas. Os rogaría que veáis cómo hacer visibles la segunda y tercera para que ellos puedan decidir cuál será la elegida.

(Se inclina aún levitando para alcanzar su oído)

...y no olvidéis su Sacratísima Eminencia el cofre que os entregué...

Thérèse Bovary dijo...

Mi venerado Cardenala, os ruego que pongáis fecha para la boda... Ya estoy como agua para chocolate, ¿vos me comprendéis, verdad?

A vuestros pies
(se inclina respetuosa, pero con la respiración agitada, muy agitada, demasiado agitada, terriblemente agitada)
¡... Ay, mi Dios! (grita)

Anónimo dijo...

Eminencia el Cardenala: la Doncella Therse se me está poniendo nerviosilla con el asunto de la boda y me ruega con premura una fecha: tal vez celebrada o en ínterin, algunos problemas de Estado que han quedado pendiente, ora por el insensato vuelo de la Trina (es mi Magna opinión) las insinuaciones que vos mismo hicistéis sobre que el embozado era una identidad oscura y solapada de mi sacra persona, la furia de Tritón, ora por el asuntillo ese del poeta ya no se si de la rosa o la mosqueta, que ya no hace versos sino ha vuelto a sus andanzas seductoras, las habas non sanctas que en la cocina se cuecen, el destino que habremos de darle a las cenizas del Nosferato y vuestras propuestas geopolíticas, veo los asuntillos de este castillo un tanto abigarrados, por no decir condenadamente enredados. Os ruego, a la brevedad que permitan vuestros asuntos espirituales, id a parlamentar sobre estos y espero no muchos más asuntos a mi despacho, ya no sé qué más ofreceros, porque debo deciros que ya se nos están acabandos los cerditos, que os engillís como si fueran canaritos, sólo queda el estuprado, pero por razones obvias tal vez pueda daros cagarrutas. En fin, ¿qué tal unos faisancitos, trufas y coles de Bruselas, que es lo que nos va quedando para vuestro suculento apetito? Os espero.

Lila Magritte dijo...

(Pasa volando)

Ahora sí veo las coronas. Son magnas y bellas
¿Cuál será, cuál escogerá
la fliz doncella?

Thérèse Bovary dijo...

(La doncella no da crédito a los que sus ojos ven. Ha abandonado por un isntante la fiesta que tiene en su aposento de donde ha dicho que no saldrá hasta que la vayan a buscar para la boda.
Sin embargo, cuando le avisaron que las tres coronas estaban en la Nunciatura, ella partió corriendo a escoger: "escoja, mi reyna, escoja, como decía el poeta Quevedo, uno de los favoritos de la doncella.

Es necesario aclarar que la doncella viene con el maquillaje en muy malas condiciones, y el labial esparcido por las mejillas y el cuello. Se ríe sola y el vestido tan ceñido, húmedo de transpiración, muestra lo que hay debajo: se ve que la doncella no lleva ropa interior. Verdaderamente se soltó las trenzas y va a la pelea hasta la lucha final; eso se le nota en la cara)

Creo que deberé elegir después, porquer me gustan mucho las dos de más abajo... lo pensaré bien antes de elegir, ya que deberé llevarla siempre...

Mientras no me digan cuándo es la boda, yo sigo en mi fiestusa de despedida de soltera... mi despedida bien despedida...

(sale corriendo y algunos pétalos de rosas azules que llevaba en los cabellos, han caído en las alfombras de la Nunciatura. Tiene los ojos desorbitados igual que las infantas de Aragón)

Thérèse Bovary dijo...

(entra corriendo)
¡Cardenala, Cardenala, ha llegado el día de la boda... Por fin, por fin!
Deseo confesarme antes, eso sí de alguno que otro pecadillo, que ando trayendo en el alma y se parece a una mancha de Rorchard... ¡Confesión, Cardenala, confesión...!

(y sale cantando; olé, olé, olé olé olé olé, a cantarle a la Virgen con fe...)

grandchester dijo...

(El Cardenala)
.
Doncella Therese,
casi nuestra Reyna,
podéis confesaros
con toda confianza,
en el contexto del cuento,
en el serrallo
de nuestros secretos.
.